Working Papers

Democracy and Populism in Latin America

Author
Ignacio Walker
Abstract

Abstract

There appears to be an inherent tension between populism, old and new, and the institutions of representative democracy. This paper focuses on those intrinsic contradictions through a systematic analysis of old and new populism and of its relationship with political democracy. At the core of those tensions is the question of personalization versus institutionalization of power. “Old populism,” as I term it, appears as the most salient and paradigmatic Latin American response to the crisis of oligarchic rule in the 1930s and 1940s. The continuing process of “desoligarquización” may help us to explain the emergence of “neopopulism.” In contrast to old populism, which emerged in the middle of an authoritarian wave, neopopulism has emerged in the middle of a democratic wave, and thus out of the dynamics of electoral democracy. No doubt neopopulist leaders have a formal democratic legitimacy. However, neopopulist regimes appeal to the superior quality of the leader, who appears as the redeemer and the embodiment of the people and the nation. Populism is not the real problem in Latin America; rather, the real problem is the factors that cause populism, namely, the persistence of poverty and inequality, and the decomposition of traditional political institutions and elites in the region. Finally, I shall argue that Hugo Chávez is not Latin America, and Latin America is not Chávez. He may be the most visible and strident political figure, but he is not the most representative one. In fact, he is the exception and not the rule.

Resumen

Pareciera existir una contradicción y una tensión que es inherente al populismo, viejo y nuevo, en su relación con la democracia representativa. Este trabajo considera esas contradicciones y tensiones, en términos de un análisis sistemático del viejo y nuevo populismo, y su relación con la democracia política. En el centro de estas tensiones está la cuestión de la personalización vs. la institucionalización del poder. El populismo aparece, en América Latina como la más significativa y paradigmática respuesta a la crisis oligárquica de la década de 1930 y 1940 (viejo populismo). De alguna manera, podemos decir que aún nos encontramos en un proceso de “desoligarquización”, y tal vez sea este el elemento el que nos ayude a explicar el surgimiento del “neopopulismo”. A diferencia del viejo populismo, que surge en medio de una ola autoritaria, el nuevo populismo aparece en medio de una ola democrática y, por lo tanto, desde el interior de la dinámica de la democracia electoral. Existe una legitimidad formal de los líderes neopopulistas. Sin embargo, los regímenes neopopulistas apelan, en definitiva, a la calidad superior del líder, quién aparece como un redentor y la personificación misma del pueblo y de la nación. En todo caso, el populismo no es el principal problema de América Latina, sino más bien las causas que lo originan y, muy fundamentalmente, la realidad extendida de la pobreza y la desigualdad, y la descomposición de las instituciones democráticas tradicionales y de las elites tradicionales. Finalmente, argumentaré que Hugo Chávez no es América Latina, y América Latina no es Hugo Chávez. Este aparece como el líder político más visible y estridente de nuestra historia más reciente, pero no necesariamente el más representativo. De hecho, es la excepción más que la regla general.