"Trust, Cooperation, and Flexibility: International Comparisons"
Abstract
This paper develops a hypothesis concerning the success of manufacturers in West Germany and Japan, in comparison with their counterparts in Britain and France, in achieving organizational flexibility at the level of the firm. The key dimensions of organizational flexibility are the use of workers with wider skills to achieve more flexible divisions of labor and the involvement of employees in task-related decisions to improve product quality and to increase the firm's capacity for process innovation. The paper argues that in the case of the European nations under consideration, perceptions of mutual dependency between labor and management stemming from labor's organizational strength at the plant level encourage management to involve workers in the determination of working conditions. Owing to labor's organizational strength, management recognizes that the condition for the exercise of its authority is workers' consent. In the case of Japan, the rational argument based on power is supplemented by reference to the way the widely espoused social norm of exercising power with benevolence encourages management to consult the work force. The purpose of the paper, however, is not to suggest that all the actions of management and labor in Japan are blindly motivated by social norms while those of their passionless counterparts in Europe are strictly instrumental in achieving egoistic aims. The paper proposes an eclectic explanation. Japanese managements consult their work force in part because they believe it to be in their best interest, but also because they believe it to be the right thing to do. Normative and rational motivations combine and reinforce each other. In Europe, where comparable norms are lacking, the rational argument concerning labor's strength and perceptions of mutual dependency carries the entire burden of explanation.
Resumen
Este trabajo analiza la hipótesis sobre el éxito de los productores de manufacturas para alcanzar flexibilidad organizativa a nivel de las empresas, comparando los casos de la República Federal Alemana y el Japón con Gran Bretaña y Francia. Las dimensiones claves de la flexibilidad organizativa son el uso de trabajadores con un alto grado de especialización para alcanzar una flexibilidad mayor en la división del trabajo y la participación de éstos en decisiones relacionadas con el mejoramiento de la calidad de los productos y así aumentar la capacidad de los procesos innovadores de las empresas. En el caso de las naciones europeas consideradas el trabajo sostiene que el enfoque de dependencia mutua entre trabajadores y empresas, debido a la fuerza organizativa de los trabajadores a nivel de planta, alienta a las empresas a la participación de los trabajadores en la determinación de las condiciones de trabajo. Las empresas reconocen que, ante la fuerza organizativa de los trabajadores, la condición para ejercitar su autoridad es el consenso con los trabajadores. En el caso de Japón, el argumento racional basado en esta relación de poder se complementa haciendo referencia a la forma en que las extensas interrelaciones de las normas sociales de ejercer poder con benevolencia alienta a las empresas a consultar a la fuerza laboral. Sin embargo, la intención del trabajo no es la de sugerir que en Japón todas las acciones de las empresas y los trabajadores están ciegamente motivadas por normas sociales, mientras que las de su insensible contraparte en Europa son estrictamente instrumentales para alcanzar propósitos egoístas. El trabajo propone una explicación ecléctica. Las empresas japonesas consultan su fuerza laboral en parte debido a que creen que ésto las beneficiará, pero también porque creen que es lo correcto. Las motivaciones normativas y racionales se combinan y refuerzan entre sí. En Europa, a falta de normas comparables, la explicación se basa en el argumento racional sobre la fuerza de los trabajadores y el enfoque de mutua dependencia.