Working Papers

When Capital Cities Move: The Political Geography of Nation and State Building

Author
Edward Schatz
Abstract

Abstract

Capital relocation (i.e., the physical move of the central state apparatus from one location to another) is an unusual tool for nation and state building. Yet, it is used more frequently than we might expect. Thus, when Kazakhstan shifted its capital city in 1997 from Almaty to Astana the move was unique in that post-Soviet region, but not as uncommon in other post-colonial cases. This paper examines the move of the capital in Kazakhstan suggests that this move was designed to address particularly acute nation-and state-building challenges. If the Kazakhstan experience seems strange in de-Sovietization, this tells us much about the different nature of post-Soviet space versus other post-colonial contexts. The relative in frequency of capital moves implies that the challenges of nation and state building in the ex-USSR—as daunting as they have proved to be—are generally not as acute as in those of other post-colonial contexts.

Resumen

La reubicación de las capitales (es decir, el desplazamiento físico del aparato del estado central desde un lugar a otro) es una inusual herramienta para la construcción de naciones y estados. Sin embargo, se la usa más frecuentemente que lo que podría esperarse. Así, el desplazamiento de la capital de Kazakstán de Almaty a Astana fue único en esa región post-soviética, pero desplazamientos similares fueron más comunes en otros casos post-coloniales. Este artículo examina este desplazamiento y sugiere que fue diseñado para responder a desafíos de la construcción nacional y estatal particularmente agudos. Que la experiencia de Kazakstán parezca extraña en el contexto de la de-sovietización nos dice mucho respecto de la diferencia de naturaleza entre el espacio post-soviético y otros contextos post-coloniales. La relativa infrecuencia de los desplazamientos de ciudades capitales implica que los desafíos de la construcción de estados y naciones en la ex Unión Soviética—tan intimidatorios como revelaron ser—en general no son tan agudos como en otros contextos post-coloniales.