Transforming Labor-Based Parties in Latin America: The Argentine Justicialista Party in Comparative Perspective
Abstract
This article seeks to explain the success or failure of Latin American labor-based parties in adapting to the contemporary challenges of economic liberalization and working class decline. It focuses on party organization, and specifically, on informal and underinstitutionalized organizational forms. The article’s central claim is that underinstitutionalized organizational structures may facilitate party adaptation in a context of environmental crisis. Thus, mass populist parties, which lack the bureaucratic constraints that tend to inhibit change in better institutionalized labor-based parties, may possess a distinctive advantage in the neoliberal period. Although these parties’ deep roots in society provide them with relative electoral stability, other populist legacies, such as fluid internal structures, non-bureaucratic hierarchies, and centralized leaderships, yield a high degree of strategic flexibility. The article applies this argument to the case of the Argentine Justicialista Party (PJ), a mass populist party that adapted with striking success in the 1980s and 1990s. In the coalitional realm, the poorly institutionalized nature of the PJ’s partyunion linkage allowed reformers to easily dismantle traditional mechanisms of labor participation, which contributed to the PJ’s rapid transformation from a labor-dominated party into a patronage-based party. In the programmatic realm, the PJ’s non-bureaucratic hierarchy and under-institutionalized leadership bodies provided President Carlos Menem with substantial room for maneuver in carrying out a neoliberal strategy that, while at odds with Peronism’s traditional program, was critical to the party’s survival as a major political force.
Resumen
Este artículo procura explicar el éxito o el fracaso de los partidos latinoamericanos de base obrera para adaptarse a los desafíos contemporáneos de la liberalización económica y la declinación de la clase obrera. El trabajo se concentra en la organización partidaria y, específicamente, en las formas organizacionales informales y sub-institucionalizadas. El argumento central del artículo es que las estructuras organizacionales sub-institucionalizadas pueden facilitar la adaptación partidaria en un entorno de crisis. Así, los partidos populistas de masas que carecen de las limitaciones burocráticas que tienden a inhibir el cambio en los partidos de base obrera mejor institucionalizados, pueden poseer una ventaja distintiva en el período neo-liberal. Aunque el firme arraigo social de estos partidos les proporciona relativa estabilidad electoral, otros legados populistas, tales como las fluidas estructuras internas, las jerarquías no burocráticas y los liderazgos centralizados les ofrecen un alto grado de flexibilidad estratégica. Este artículo aplica este argumento al caso del Partido Justicialista argentino, un partido populista de masas que se adaptó con resonante éxito en los años 1980 y 1990. En el plano de las coaliciones, la naturaleza pobremente institucionalizada del vínculo entre el Partido Justicialista y los sindicatos permitió a los reformadores desmantelar fácilmente los mecanismos tradicionales de participación obrera, lo que contribuyó al rápido pasaje del PJ de ser un partido con predominio obrero a ser un partido dominado por el patronazgo. En el terreno programático, la jerarquía no burocrática y los cuerpos de liderazgo sub-institucionalizados proveyeron al Presidente Carlos Menem importante espacio de maniobra para llevar adelante una estrategia neo-liberal que, aunque contraria al programa tradicional del peronismo, fue crítica para la supervivencia del partido como una fuerza política importante.