"Building Aspects of Democracy before Democracy: Electoral Practices in Nineteenth-Century Chile"
Abstract
The paper presents a detailed analysis of electoral practices in nineteenth-century Chile. It argues that such elections have been largely misunderstood in Chilean historiography, given the fact that the political system has been viewed simply as a tool in the hands of the rich. Indeed, the existence of income requirements in order to register to vote has even led analysts to assume that only wealthy males actually voted. By contrast, this paper shows that a majority of the voting public in the electoral processes that occurred every three years was drawn from the middle-lower to lower strata of society. The politicization of artisans and other working-class groups therefore began early in the nation's history. Moreover, the involvement of people in the electoral politics of the time greatly exceeded the numbers of men who actually voted. As such, the elections permitted the formation of a considerable degree of loyalty within the population at large for the emerging parties, which helps explain their strength in the Chilean case. The nineteenth century's electoral practices also created a competitive and highly militant electoral culture that affected the conduct of elections well into the twentieth century, i.e., even after crucial transformations in the early 1890s permitted them to become a vehicle for the realization of Chilean democracy.
Resumen
Este artículo presenta un análisis detallado de las prácticas electorales en Chile durante el siglo diecinueve. En él se sostiene que tales elecciones han sido largamente malinterpretadas en la historiografía chilena, dado que el sistema político ha sido visto simplemente como una herramienta en manos de los ricos. En efecto, la existencia de requisitos de ingreso para registrarse para votar ha llevado a los analistas aún a suponer que sólo las personas ricas del sexo masculino realmente votaban. En contraste, este artículo muestra que la mayoría del público votante en los procesos electorales que ocurrían cada tres años provenía de estratos medio-bajos a bajos de la sociedad. En consecuencia, la politización de los artesanos y otros grupos de la clase trabajadora comenzó temprano en la historia nacional. Más aún, la participación de la gente en la política electoral de la época excedía grandemente el número de hombres que de hecho votaban. Las elecciones, como tales, permitieron la formación de un considerable grado de lealtad en la población en general hacia los partidos emergentes; lo cual ayuda a explicar la fuerza de éstos últimos en el caso chileno. Las prácticas electorales del siglo diecinueve también crearon una cultura electoral competitiva y altamente militante que afectó la conducta de las elecciones bien entrado el siglo veinte; esto es, aún después de las cruciales transformaciones de los primeros 1890s esta cultura permitió que las elecciones devinieran en vehículo de realización de la democracia chilena.