Working Papers

The Politics of Polarization: Governance and Party System Change in Latin America, 1990–2010

Author
Sam Handlin
Abstract

Abstract

What are the causes and implications of polarization in new democracies? During Latin America’s “Left Turn” period, highly polarized party systems emerged in some countries–Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, and El Salvador–but not the rest of the region. This paper proposes a theory to explain variation, centered on the presence of electorally relevant parties of the left in the pre-Left Turn period and, most critically, the quality of governance in that period. Poor governance created opportunities for partisan actors on the left to politicize a second dimension of political contestation, anti-systemic versus systemic positions on the design and operation of the state, and thus chart alternative paths to electoral viability that required little left-right programmatic moderation. This dynamic empowered radical party factions and drove polarizing dynamics in party systems. High quality governance, in contrast, gave left parties little choice but to moderate their programs in search of electoral viability. This dynamic empowered moderate party factions and drove centripetal dynamics in party systems. Empirically, the paper tests these arguments through a broad overview of the case universe and in-depth case studies of Venezuela and Brazil.

Resumen

¿Cuáles son las causas y qué implica la polarización en las nuevas democracias? Durante el período del “giro a la izquierda”, en algunos países emergieron sistemas de partidos altamente polarizados–en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y El Salvador–pero no en el resto de la región. Este artículo propone una teoría para explicar la variación, centrada en la presencia de partidos de izquierda electoralmente relevantes en el período anterior al “giro a la izquierda” y, más crucialmente, en la calidad del gobierno en ese período. El gobierno deficiente creó oportunidades para que los actores partidarios de izquierda politizaran una segunda dimensión de disputa política, las posiciones pro sistema versus las anti sistema acerca del diseño y el funcionamiento del Estado, y así trazaran caminos alternativos hacia la viabilidad electoral que requirieron poca limitación programática en términos de izquierda y derecha. Esta dinámica fortaleció a las facciones partidarias radicalizadas y generó dinámicas de polarización en los sistemas de partidos. El gobierno de alta calidad, en cambio, dejó a los partidos de izquierda pocas opciones más que moderar sus programas en busca de la viabilidad electoral. Esta dinámica fortaleció a las facciones partidarias moderadas y generó dinámicas centrípetas en los sistemas de partidos. Empíricamente, el artículo pone a prueba estos argumentos a través de una mirada amplia al universo de casos y un estudio en profundidad de los casos de Venezuela y Brasil.