"Grassroots Popular Movements, Identity, and Democratization in Brazil"
Abstract
This paper addresses the political impact and limits of grassroots popular movements in Brazil during the past decade. In the second half of the 1970s, as Brazil's military regime promoted a gradual process of political liberalization, grassroots popular movements burgeoned, generating widespread hopes among the forces that opposed the regime. Nearly a decade after this initial wave of optimism, it has become apparent that the earlier expectations have not been born out. The author analyzes why this has been the case. He argues that although a wide amalgam of social movements did oppose the military regime and did work towards democratization, their enormous heterogeneity made unity difficult to attain, except for very short times and for very specific conditions. Despite egregious poverty and inequalities, the popular classes have had difficulty creating a political identity based on common interests. Moreover, the state has intentionally pursued a policy of dividing social movements, and political parties have generally reinforced the fragmentation and isolation of grassroots movements. While underscoring these limits in grassroots movements, the author also argues that they have helped the popular classes conquer a sense of common identity and citizenship, and that they have helped put popular issues on the political agenda to a greater extent than in previous years.
Resumen
Este ensayo considera el impacto político y las limitaciones políticas de los movimientos populares de base en Brasil durante la década pasada. Durante la segunda mitad de la década de los setenta, cuando el régimen militar de Brasil promovía un proceso gradual de liberalización política, movimientos populares de base se fortalecieron, generando amplias esperanzas entre las fuerzas que se oponían al régimen. Cerca de una década después de esta onda inicial de optimismo, es aparente que las expectativas de antes no se han realizado. El autor analiza el por qué de este caso. Arguye que aunque una amplia amalgama de movimientos sociales se opuso al régimen militar y trabajó a favor de la democratización, su enorme heterogeneidad hizo difícil lograr la unidad, a no ser por períodos de tiempo muy cortos y en condiciones muy específicas. A pesar de la tremenda pobreza y la desigualdad que marcan la sociedad brasileña, para las clases populares les ha sido muy difícil crear una identidad política basada en intereses comunes. Por otra parte, el estado ha seguido intencionadamente una política de división de movimientos sociales, y los partidos políticos generalmente han reforzado la fragmentación y aislación de los movimientos populares. Mientras subraya estas limitaciones en los movimientos populares de base, el autor también arguye que ellos han ayudado a las clases populares a conquistar un sentido de ciudadanía común, y que han ayudado a colocar los asuntos populares en la agenda política en un grado mayor que en años anteriores.