Abstract
'Development' has long been equated with modernization and Westernization and studied as a straightforward economic issue. The discipline of economics has been the main source of policy prescription for development decisionmakers. This view is now widely criticized as ethnocentric and as economically reductionist. Change is occurring: economics itself is reintegrating ethics into its conceptualization, methodology, and analysis; a new paradigm of development is in gestation; and a new discipline, development ethics, has come into being. Development ethics centers its study of development on the value questions posed: What is the relation between having goods and being good in the pursuit of the good life; what are the foundations of a just society; and what stance should societies adopt toward nature? The new discipline emerges from two sources, which are now converging: from engagement in development action to the formulation of ethical theory, and from a critique of mainstream ethical theory to the crafting of normative strategies to guide development practice. Development ethics has a dual mission: to render the economy more human and to keep hope alive in the face of the seeming impossibility of achieving human development for all.
Resumen
Por largo tiempo el desarrollo ha sido asimilado a la modernización y la occidentalización y estudiado como un tópico obviamente económico. La disciplina económica ha sido la principal fuente de prescripciones para quienes deciden políticas de desarrollo. Esta perspectiva es hoy ampliamente acusada de etnocentrismo y reduccionismo económico. Están ocurriendo cambios: la misma economía está reintegrando la ética a su conceptualización, sus métodos y análisis; un nuevo paradigma de desarrollo está en gestación; y una nueva disciplina se ha constituido: la ética del desarrollo. Esta centra su estudio del desarrollo en el valor de las siguientes preguntas: ¿Cuál es la relación entre tener bienes y ser bueno en procura de la buena vida? ¿Cuáles son los fundamentos de una sociedad justa y qué actitud hacia la naturaleza deberían adoptar las sociedades? Esta nueva disciplina emerge de dos fuentes, que ahora están convergiendo: desde el comprometerse en acciones de desarrollo hasta la formulación de teoría ética; y desde una crítica de las teoría ética dominante a la elaboración de guías normativas que guíen la práctica del desarrollo. La ética del desarrollo tiene una doble misión: hacer más humana la economía y mantener viva la esperanza frente a la aparente imposibilidad de alcanzar desarrollo humano para todos.
